BUBISHER


El Bubisher no es humano, pero casi. O más. Desde que llegó a los campamentos, hace ya, hace solo, dos años y medio, su fí­sico ha sido un impacto visual para los niños y los menos niños, una especie de gigante que traquetea de acá para allá de la mano, con los pies y bajo la atenta mirada de quienes son sus amigos del alma.
Lo curioso del caso es que dentro de su tatuada epidermis de lata, tan llamativa y tan conocida por todos, el Bubisher atesora la sabidurí­a de un anciano, la alegrí­a de un niño, la fuerza de voluntad de un pueblo, el valor de un soñador, la responsabilidad de un trabajador infatigable. Cada uno de sus rasgos de personalidad se ha ido desarrollando a base de vivencias que han modelado, que siguen modelando, su filosofí­a de vida.
El paso del tiempo, como ocurre siempre, le ha permitido ganar en madurez, pero ha deteriorado su cuerpo. Nada grave. Un chequeo, un trasplante realizado con éxito y, de nuevo, nuevo.
Y como saharaui que es, regresa con su impecable darráa metálica y con la alegrí­a latiendo en su interior.
El Bubisher es el principio de cada principio de este Proyecto. Y en cada una de sus células está impreso el ADN de todos los que le habéis dado la vida que contiene.

1.219 respuestas a BUBISHER

  1. El desierto es duro incluso para el Bubi. Observé estos sí­ntomas en enero. me alegro de que se encuentre mejor.
    Grandes los bubisheros y grande el BUBI.

  2. ¡Qué guapa Daryalha! ¡Qué guapas las estanterias! ¡Por fin!

  3. Lo que hace un buen «lavado de cara»!!
    A mi me parece mas amplio y creo que a él le gusta así­.
    Habrá que volverlo a llenar de risas y caritas de asombro, de canciones infantiles y de olor a infancia…
    Ahí­ estaremos, volveré!
    Inshalá
    Como dice el proverbio saharaui: «una mano no aplaude sola»
    C.L.

  4. ¡Qué bonito queda el Bubisher con sus estanterí­as azules! azul como el mar y el cielo
    Enhorabuena

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